Un movimiento mundial para acabar con la
mutilación genital y los matrimonios forzosos es el objetivo de la primera
Cumbre de la Niña que celebran Unicef y Reino Unido en Londres. Pensar
globalmente para actuar localmente es el propósito de una jornada que permite
recordar que millones de niñas y mujeres son víctimas de unas prácticas
habituales en África subsahariana y Oriente Medio, pero de las que tampoco se
escapa Europa. De hecho, los meses de vacaciones suelen ser aprovechados para
trasladar a las menores a estos países donde se practica la ablación.
Más de 130 millones de niñas y mujeres han
sufrido la ablación y más de 700 menores han sido obligadas a casarse, una de
cada tres antes de los 15 años. "El matrimonio infantil destruye la
infancia y la juventud de las niñas, les impide educarse", lamenta la
responsable de política infantil en Unicef, Sara Collantes, ya que, de un día
para otro, tienen que dejar el colegio, los libros y a sus compañeros para
convertirse en adultos en contra de su voluntad.
Las consecuencias de la mutilación genital
son muy graves. Además del profundo dolor físico, del riesgo de hemorragias e
infecciones que pueden provocar la muerte, están los daños psicológicos sobre
los que, según la portavoz, la mutilación "tiene un efecto arrasador,
consecuencias de por vida, afecta a las relaciones sexuales, el bienestar".
También puede causar problemas de fertilidad.
Unicef pide el compromiso político y
financiero de todos los actores posibles, y ponen sobre la mesa diferentes
medidas. Como punto de partida, la sensibilización de los menores y víctimas a
través de la educación, pilar fundamental, y de las familias que esgrimen
razones culturales o sociales para justificar la mutilación genital. Más allá,
quieren emprender reformas legislativas a nivel local, ya que "la
situación es muy diferente en los distintos países del mundo, las legislaciones
nacionales y las prácticas varían, también el peso de las tradiciones, cultura
y religión", explica Sara Collantes.
En el horizonte internacional, la
Convención de Derechos del Niño no deja sitio para lagunas o dudas: la ablación
es ilegal desde 1985. Aunque también es cierto que si la norma supranacional ha
sido ratificada por casi todos los países del mundo, no siempre se aplica.
Publicado el 22 de julio de 2014 en Cadena Ser
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