Una pareja de 'sin papeles' recurre a urgencias en Madrid, comunidad en la que habita, por los fuertes e inmediatos dolores de él, pero cuando llegan, antes de traspasar la puerta, se encuentran el siguiente cartel: "Le recordamos que es necesaria la presentación de la tarjeta sanitaria y el DNI" para ser atendidos. Por desconocimiento, confusión y miedo, se dan la vuelta y regresan a casa tal como vinieron. Con dolor.
Tras la entrada en vigor de la reforma sanitaria, el 24 de abril de 2012, "los extranjeros no registrados ni autorizados como residentes en España" tienen derecho a la sanidad pública "de urgencia por enfermedad grave o accidente, cualquiera que sea su causa, hasta el alta médica".
Sin embargo, casos como el anterior llegan de forma continua a manos de la plataforma ciudadana e independiente Yo Sí Sanidad Universal, que, a través de sus grupos de acompañamiento, trabajan para que "las personas que tienen derecho a ser tratadas por el Sistema Nacional de Salud sean realmente atendidas".
En este sentido, Yo Sí denuncia que la aplicación del Real Decreto 16/2012, que distingue entre colectivos sociales a la hora de atender o desatender, es "perversa" y que "sus efectos negativos se están multiplicando" porque, aunque la propia reforma garantice que los no residentes siempre van a ser tratados en tres supuestos, urgencias, embarazo y menores, "no está siendo así".
Una de las voluntarias acompañó al cabo de una semana a la pareja de nuevo a urgencias, que esta vez sí se atrevió a entrar, para reclamar su atención. La respuesta fue "Sí". Y es que desde Yo Sí aseguran que "todas las personas que han sido acompañadas han sido atendidas antes o después", motivo que les impulsa a continuar con una labor que "funciona" y que está "dando soluciones".
Sin embargo, lo que la mayoría de enfermos suele encontrar en la ventanilla es sólo la segunda fase de una carrera de obstáculos, donde se les entrega una circular administrativa que les deniega la atención de urgencias. Y vuelta a casa.
Después de la respuesta afirmativa a la pareja, tienen que firmar un compromiso de pago, obligatorio para que el hombre sea atendido. Que, además, no establece ninguna cantidad fija ya que en ese momento todavía no es conocido ni qué tipo de enfermedad ni qué tratamiento va a necesitar el paciente. También aseguran desde Yo Sí que si la persona tiene alguna deuda pendiente con la administración, por ejemplo una multa, no podrá firmar el compromiso indefinido y, por ello, ser atendido. Y todo a pesar de que la norma garantice la prestación médica sin ningún tipo de condición. Ni de pago.
La voluntaria y psicóloga que nos cuenta esta historia, Verónica García, recuerda incluso una ocasión en la que le dijeron que "cumpliendo con la ley, ni siquiera deberíais haber entrado por la puerta". De este modo, García manifiesta que "el discurso político parcela la realidad" y "oculta la exclusión real de un grupo de personas en razón de su procedencia, origen y condición económica".
Yo Sí Sanidad Universal ha desarrollado esta y otras ideas en la presentación de su informe 'Un año de exclusión sanitaria, un año de desobediencia' en el que analizan la situación de la sanidad española cuando se cumple un año en septiembre desde que los 'sin papeles' se quedaron sin tarjeta sanitaria y sin muchos de los servicios del sistema público de salud.
En esta reunión también han echado un capote al personal administrativo que atiende al público, señalando que tienen constancia de que muchos viven momentos de verdadera "angustia" al no saber qué pueden hacer, a quién pueden atender, por la "desinformación" que reina en los centros médicos. "No se ha hecho ninguna reunión. Sólo se ha enviado documentación por correo electrónico y se han pegado circulares en la pared", protesta una médico de familia de la asociación.
"Hay mujeres que están teniendo a sus hijos en casa"
La asistencia al "embarazo, parto y postparto" está amparada igualmente por el artículo 3 del Real Decreto de reforma. A pesar de ello, Yo Sí también advierte de que "algunas mujeres están teniendo a sus hijos en casa, por miedo a ir a urgencias o al propio hospital".
Por otro lado, admiten que el tercer concepto legal por el que las personas no residentes pueden acceder a la sanidad pública, ser "menores de 18 años", por lo general se cumple. No obstante, consideran que el hecho de que no tengan derecho a una tarjeta sanitaria dificulta e impide en algunos supuestos su tratamiento y un seguimiento debido.
Yo Sí muestra su desconfianza ante una reforma que, creen, "perjudica a todas las personas" ya que "las categorías de exclusión son movibles". Hacen hincapié en que el nuevo sistema puede ir más allá hasta afectar a nuevos colectivos sociales porque, defienden, estos cambios, más allá de excluir a determinadas personas, esconden "un cambio de modelo" que pasa de un sistema universal de salud donde "se atendía a todos por igual", a un "sistema de aseguramiento" que, "ni todos se pueden permitir", ni todos tienen las condiciones para que una compañía de seguros lo admita como cliente.
Publicado el 28 de agosto de 2013 en Elmundo.es.