Inquietud y condena. Es la postura que mantiene el Gobierno español ante la
más que preocupante situación de emergencia que vive el país norteafricano tras
la matanza del miércoles, y que será trasladada hoy al embajador de Egipto en
nuestro país, Ayman Zaineldin.
La cita con el representante del país más poblado del mundo árabe tendrá
lugar en la mañana de hoy en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores que
dirige José Manuel García-Margallo, aunque no será éste el encargado de recibir
al diplomático en persona sino un alto cargo de su departamento. España
trasladará su "inquietud" por el grave conflicto entre las fuerzas de seguridad
del Estado y los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi; al tiempo
que condenará el uso de la violencia. Otros extremos sobre los que
previsiblemente tratarán en la reunión de hoy será el estado de emergencia
restablecido en el país durante 30 días, sobre el que se solicitará su cese, y
la imposición de un toque de queda entre las 19.00 y 06.00 horas en multitud de
regiones.
Además, España pedirá el respeto de los derechos humanos y que se ponga fin
al derramamiento de más sangre. "La violencia no puede resolver los graves
problemas políticos, sociales y económicos de Egipto, pues compromete seriamente
la convivencia y el porvenir de todo el país", concluyó el Ejecutivo
nacional.
En El Cairo, el representante diplomático español volvió ayer sobre las
advertencias a los nacionales españoles de no viajar a Egipto así como, para los
que ya se encuentren en la zona en conflicto, evitar los lugares donde de forma
habitual se concentran las protestas pro Mursi, el Palacio Presidencial de
Heliópolis, la plaza Tahrir, la Corniche, y oficinas gubernamentales y de
partidos políticos.
Una de los 900 españoles que se encuentran en Egipto es la ponferradina Lucía
Fernández, que lleva en El Cairo seis años trabajando para una multinacional.
Lucía se muestra tranquila y asegura que están bien. "De momento sólo hubo
tensión el miércoles. Aunque ayer escuchamos voces españolas que decían estar
atrapados, no hay problema para moverse por la ciudad", asegura la joven. "El
toque de queda, lógicamente hay que respetarlo, pero el resto del tiempo puedes
salir, hacer la compra... Si hay controles, te paras, te identificas, y ya
está". De hecho, Lucía recogió ayer a las dos de la madrugada en el aeropuerto a
una amiga procedente del País Vasco.
Fernández explica que el conflicto está muy localizado y que "el resto de la
ciudad vive sin más: te levantas, vas al trabajo, las tiendas están abiertas, el
tráfico circula... Un día normal".
Por su parte, Lucía Medea García, que lleva nueve meses preparando el
doctorado linguístico en El Cairo, coincide en la mayor parte del relato de
Lucía Fernández aunque no considera que sea un día normal. Así, hace hincapié en
las diferencias según las zonas de la ciudad: "Yo me paseo sin problemas aunque
tengo un amigo que vive cerca de uno de los campamentos de los Hermanos
Musulmanes y que ha visto cómo moría un hombre desde su ventana y entraban gases
lacrimógenos por su puerta".
Fernández concluye con una consideración "fundamental", que desde aquí
miremos a Egipto "no como un país dividido, sino unido en su gran mayoría contra
unos fanáticos".
Publicado el 16 de agosto de 2013 en El Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y tú qué opinas?