Y al final se desató la violencia. La protesta que llamaba a "asediar" de forma indefinida el Congreso de los Diputados fue reventada por un grupo de radicales que a eso de las 20.30 horas comenzó a arrojar botes, litronas de cristal y adoquines a los agentes e intentó tumbar las vallas zarandeándolas. La manifestación quedaba ya rota y, a partir de ahí, con los antidisturbios tomando Neptuno daban comienzo las carreras e incidentes, primero en la plaza y después por las calles de Madrid.
Fuentes policiales han contabilizado en los primeros balances al menos 15 personas detenidas por desórdenes públicos y 14 agentes heridos en los enfrentamientos.
Los incidentes han continuado dispersándose paulatinamente por las calles aledañas protagonizados por pequeños grupos. Unos por la zona de Cibeles y Banco de España y otros por Atocha. La situación en ambos casos ha sido similar. Más cargas, lanzamientos de objetos y gritos.
Algunos de los manifestantes más radicales hicieron barricadas con contenedores de basura e incluso reventaron algunos otros donde se recicla el vídrio para disponer de 'munición' que arrojar a los agentes. Otros se aprovisionaron de piedras y adoquines.
Mientras tanto, algunas decenas de personas, muchas de ellas mayores, han permanecido pacíficamente en la plaza para continuar sus reivindicaciones aunque ya por entonces la manifestación estaba completamente reventada y diluida por los violentos.
Hasta el inicio de los disturbios, los más de mil manifestantes se habían comportando pacíficamente aunque en el ambiente se iba palpando que la tensión aumentaba con el paso de las horas. Además, las detenciones practicadas durante los primeros momentos hacía temer un desenlace violento. Cuatro de los arrestados portaban piedras, petardos y un cuchillo.
Uno de ellos es menor de edad. Los agentes le arrestaron con un pasamontañas, un petardo de unos quince centímetros, un bote con ácido y una bolsa con piedras, un rollo con papel de aluminio, además de instrucciones de "guerrilla urbana" para elaborar un cóctel molotov. El segundo detenido portaba un tirachinas y 56 bolas de rodamiento. Al tercero se le encontró un cuchillo y al parecer pertenece a los Bukaneros, aficionados radicales del Rayo Vallecano. El cuarto tiene numerosos antecedentes policiales, entre ellos, tráfico de estupefacientes.
Durante todo el día, pero en especial por la tarde, el perímetro del Congreso dejaba imágenes del imponente y disuasorio despliegue de la Policía Nacional. Un dispositivo mayor que en otras ocasiones, con 1.400 antidisturbios movilizados, barricadas de vallas y perros policía buscando en jardineras.
La manifestación arrancó de forma tímida, con poca gente, pero según fueron pasando las horas se fue animando hasta superar las mil personas, que se concentraron pegados a la valla colocada por la Policía para impedir el acceso a la Carrera de San Jerónimo. Desde entonces, proclamas habituales contra los políticos, algunas banderas republicanas e insultos a los agentes.
Hubo un momento de tensión cuando los manifestantes identificaron e increparon a dos policías infiltrados. Finalmente abandonaron la zona sin que ocurriera nada grave tras identificarse ante unos antidisturbios que acudieron al lugar.
Neptuno fue el epicentro de una manifestación, donde se unieron tres columnas que partieron de Atocha, Puerta de Alcalá y Sol. Las dos últimas se incorporaron poco antes de las 19.00 horas con unas 400 personas en total en un trayecto donde estuvieron vigilados en todo momento por decenas de antidisturbios listos para actuar con el casco y el chaleco puesto.
La Policía estuvo controlado mochilas y bolsas a las personas que caminan por los alrededores o que accedían de las paradas de metro más cercanas. Mientras más de una veintena de furgonetas de la Unidad de Intervención Policial (UIP) permanecía estacionada en la Carrera de San Jerónimo en una imagen que hablaba por sí sola del colosal blindaje del perímetro.
Entretanto, en el interior del Congreso la calma era absoluta, ya que a esas horas no había ningún tipo actividad parlamentaria oficial. El presidente del Congreso, Jesús Posada, iba a permanecer dentro del edificio toda la jornada pendiente de los acontecimientos. En un momento de la tarde se le vio salir a la calle para echar un vistazo.
Desmarques
Una portavoz de la Coordinadora 25-S recalcó antes de la concentración que la marcha se trataba de "una acción" no violenta y por eso esta plataforma, diferente a la convocante, sólo llamaba a hacer "un escrache al perímetro" del Congreso.
A diferencia de otras concentraciones similares, como la del pasado 25 de septiembre, numerosos grupos sociales se habían desmarcado a la convocatoria por tener "tintes violentos". Los últimos que habían rechazado dar su apoyo son Izquierda Unida y el Partido Comunista de España. Anteriormente lo habían hecho emblemáticos colectivos del 15-M como Acampada Sol o Democracia Real Ya.
Y es que la violencia era la gran preocupación de las autoridades. Desde hace varios días, la Delegación del Gobierno y los mandos policiales insistían en la existencia de "grupos radicales"dispuestos a reventar la concentración. Sin embargo, para algunos manifestantes estas declaraciones no eran otra cosa más que una "criminalización" y un intento de desmovilización.
En contra de lo publicado ayer por este medio, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) no participa en las acciones del 25-A. "Nuestro sindicato tiene una agenda propia de movilizaciones", señala, y las del 25-A "ni siquiera fueron objeto de debate" en la última Asamblea Nacional, celebrada el pasado 13 de abril.
En los controles preventivos de la Policía fueron detenidas 18 personas en total, 15 de ellas este jueves, con un balance de objetos incautados entre los que se encontraban cócteles molotov, bengalas, petardos y dos garrafas de gasolina, además de palos y cadenas.
Publicado el 25 de abril de 2013 en Elmundo.es
junto a los compañeros Fernando Lázaro y Joaquín Vera.
junto a los compañeros Fernando Lázaro y Joaquín Vera.
Foto de apertura: Alberto Di Lolli - El Mundo.
Foto intermedia: Zipi - Efe.
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